Hace ya casi un mes que debuté en duatlón. Y a día de hoy ya han sido dos experiencias un tanto ‘traumáticas’ en la nueva disciplina. Mi idea era ir contando los entresijos de mi acercamiento pero hasta ahora no he sacado tiempo ni motivación para darle a la tecla. Aún así no quiero dejarlo en el tintero para que al plasmarlo por escrito le pueda ayudar a alguien en el futuro y yo pueda recordar cómo fueron mis inicios en el duatlón.
Antes de entrar en los entresijos de las dos competiciones que he realizado, desde el mes de enero y tras disputa los 10 kilómetros de la Gimnástica de Ulía, el entrenamiento ha ido encaminado exclusivamente al duatlón. Claro está con mis limitaciones horarias, que en invierno lo hace aún más complicado por la escasez de horas de sol. En un primer momento aposté por hacer las sesiones de bici entre semana en rodillo y dejar para el fin de semana la salida más larga. Pero con la llegada del buen tiempo cambié el planteamiento y aunque las horas libres de la hora de comer solo me dan para hacer salidas de 1 hora 15 minutos a 1 hora y media, he preferido tirarme a la carretera para ir ganando manejo con la bicicleta. Por lo que he intentado organizar mis semanas de entrenamiento para que me entraran: dos días de series a pie, un día de transiciones (con mi equipo la Escuela Trileón, que además me sirve para que Dani y Rubén me aporten unos consejos importantísimos; a veces cambiaba un día de series para meter un día más de transiciones), dos o tres días de bici con salidas cortas en los que doblaba con rodajes suaves a pie por la tarde, de estas salidas por lo menos una trabajando intensidad, y una salida más larga (de 2 horas a 3 horas) el fin de semana.
Antes de debutar mi mayor preocupación eran las transiciones, llegándome a estresar. En el punto en el que mayores dificultades tenía y sigo teniendo es al montar a la bici. Se trata de aprovechar la inercia que llevas corriendo al lado de la bici y conseguir que la bici nunca se llegue a parar al subirte sobre ella, buscar pedales lo antes posible y posteriormente calzarte, ganando velocidad rápidamente. Me habían recomendado que lo mejor era primero pedalear sobre la zapatilla, y una vez la bici ya llevará cierta velocidad calzarse para evitar perder el grupo con el que te subas a la bici después de la T1. Pero tras vivir una primera mala experiencia he decidido que durante este año con mi escasa pericia lo más rápido en mi caso es buscar los agujeros de las zapatillas según me subo a la bici y meter los pies para ir ya calzado desde un inicio. Habrá que seguir trabajando este punto pero por ahora lo acometeré así.
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Preparación en Boxes en Alba de Tormes - Foto de T. Santos |
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Calentamiento - Foto de T. Santos |
Siempre me han gustado los retos exigentes y conocer la realidad del deporte al que me ‘enfrento’, así que no se me ocurrió otra idea que debutar en el Campeonato Autonómico de Duatlón Olímpico en Alba de Tormes. Esta distancia se trata de correr 10 kilómetros, 40 kilómetros en bici sin ‘drafting’ (chupar rueda) y 5 km de carrera a pie de nuevo. Sabía que en bici me iban a dar para el pelo, pero prefería un bautismo de fuego exigente y duro que uno placentero y fuera de la realidad. Sabía que todos mis rivales irían con cabra, por lo que me aventuré a hacerme con unos acoples para colocar en mi bici de ruta y los probé en unas cuantas sesiones de entrenamiento. Me fue de gran ayuda el poder viajar con Raúl Lazo y que me fuera enseñando los entresijos de la modalidad, transporte y preparación de las bicis, entrada en boxes para dejar el material, etcétera. Pero hasta Alba de Tormes había ido a aprender, y para aprender había que cometer errores. Después de un primer segmento a pie con un perfil muy duro, en el último tramo de carrera se escaparon unas gotas de lluvia lo que hizo que con la condensación al entrar en la T1 (en 4ª posición) se me empañaran las gafas de sol. Con lo que después de descalzarme y calarme el casco y echar a correr con la bici, me encontré con que en el momento de subirme a la bici no veía absolutamente nada. Por lo que decidí subirme a la bici parado y una vez sobre ella comencé a pedalear sobre las zapatillas, pero las gomas con las que se sujetan las zapatillas a la bici para que queden horizontales y no giren sobre el pedal por la gravedad, no se rompían. Y el segmento de bici empezaba con una cuesta de unos 500 metros, por lo que me encontré en mitad de la cuesta sin haberme calzado y con las gomas sin haberse roto, ¡excepcional y fantástico!. Resultado: pie a tierra en hasta tres ocasiones, hasta que soy capaz de calzarme y retomar la marcha, perdiendo algo más de un minuto y pasándome duatletas por todos los lados. Tras el enfado por mi mal hacer salgo enrabietado en los primeros kilómetros de bici lo que me hace quemar más balas de las necesarias. En los primeros 20 kilómetros me pasan varios duatletas con mucho más ritmo que yo en la bici pero voy cogiendo referencias y sigo compitiendo a tope y cogiendo varios duatletas que hacían la distancia sprint. Pero poco después del kilómetro 20 noto como que la bici no avanza y empiezo a temer que haya pinchado, a partir de aquí los rivales que me superan, se van tras pasarme como si el que me pasara fuera el mismísimo Tom Dumoulin. Por lo que sobre el kilómetro 30 ya soy totalmente consciente de que voy pinchado e intento abstraerme para que el tramo ciclista que me queda se me pase lo más rápidamente posible, ya que no quiero retirarme en mi primera prueba y la llanta no peligra. Tras desmontar de la bici, intento correr lo más rápido posible en el segundo segmento de carrera a pie, ya que aunque no me jugara ningún puesto importante quería aprovechar la competición para exigirme, marcando el segundo mejor parcial de todos los participantes. Finalmente crucé la meta en el puesto 16º y con un buen saco de lecciones aprendidas.
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Primer segmento de carrera - Foto de T. Santos |
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Antes de la tragedia del montaje - Foto de T. Santos |
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Bajándome de la bici, algo hice bien - Foto de T. Santos |
Pasados 15 días, tocaba otra prueba de fuego, en el Duatlón de Rivas – Clasificatorio para el Campeonato de España. Aún con mi inexperiencia, mi objetivo era conseguir la clasificación para el Nacional (había 15 plazas en juego para los primeros en cruzar la meta). Me hubiera gustado reconocer el circuito de bicicleta durante el calentamiento, pero el llegar sin demasiado tiempo a Rivas y que había series populares antes de la prueba élite no me lo permitieron. Por lo que tras un cortísimo calentamiento, de nuevo ritual de colocación en boxes y a correr. Primera sorpresa, ¡cómo corren estos triatletas-duatletas!, ya estaba avisado pero en Rivas se presentaron varios de los triatletas que entrenan en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, y que yo como novato en estas lides no conozco. Por lo que me vi entrando en la T1 en 9ª posición tras un primer 5000 de infarto y corriendo a un ritmo de 3.04 minutos por kilómetro. Cierto es que entre los 8 duatletas que me precedían, había dos contrastados atletas: Lolo Penas y Enrique Sánchez. En esta ocasión hice una transición bastante decente, pero por detrás venía José Almagro como una locomotora llevándose tras de sí a todo aquel que intentaba seguirle, y en el kilómetro 1,5 ya tenía encima un grupo que intentaba seguirle. Poco a poco se fue formando un numeroso grupo, el tramo de ciclismo se trataba de dar tres vueltas a un circuito con tres giros (dos rotondas y uno de 180º en bajada, ¡ideal para mí!). Primera lección aprendida de mi segunda experiencia en el duatlón: hay que reconocer el circuito antes de competir siempre. En la primera vuelta con mi inexperiencia en la bici, iba como pollo sin cabeza, fue el momento clave de la prueba y por ello me quedé cortado perdiendo el grupo que se jugaba la clasificación para el Nacional. Además me quedé cortado con Lolo Penas, que llevaba todavía menos ritmo que yo en la bici. Menos mal que al comienzo de la segunda vuelta nos cogió Joan Ferrer, con mucho más ritmo que nosotros y que hizo que el drama no acabara en tragedia total. En la segunda transición ya sin jugarme nada la volví a liar, pasándome mi box por 20 números y teniendo que volver hacia atrás, perdiendo al grupo con el que iba. La última carrera por mi parte fue bastante agónica ya que sufrí una punzada bastante intensa en la espalda que no me dejaba respirar correctamente. Finalmente un puesto 26º, que pudo ser mejor aunque también pudo ser peor y que me sigue aportando muchas enseñanzas en esta nueva aventura. En la bicicleta me ha ayudado a conocer mis deficiencias técnicas y en cuanto a aplicación de la fuerza sobre ella, y es en lo que me he centrado en trabajar en las últimas semanas.
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Km 2,5 del primer segmento a pie - Foto de T. Santos |
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Tramo ciclista - Foto de T. Santos |
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Último segmento de carrera - Foto de T. Santos |
Este fin de semana viene el Campeonato de España de Contrareloj por equipos (el sábado) y por relevos (el domingo) en Boiro (La Coruña), una competición muy bonita que se presenta apasionante. Voy con mis compañeros del Club Deportivo Trileon a seguir aprendiendo lecciones y a darlo todo.