¡Voy de ácido láctico hasta las orejas!

¡Voy de ácido láctico hasta los orejas!. Típica frase que se dice cuando se está en plena sesión de series no excesivamente largas y de gran intensidad cuando las series que restan para acabar la sesión de entrenamiento son escasas. También es lo que piensas (si es que todavía piensas en algo más que en llegar a meta) cuando en un 1500 te quedan entre 300 y 400 metros, y en un 3000 sobre 500 metros.Esto es lo que no pensaba este sábado cuando a falta de 500 metros un obús llamado Carlos Gallego me arrancó las pegatinas con un cambio brutal. Se disputaba el Autonómico de pista cubierta en Oviedo (según dicen el penúltimo que se celebrará fuera de Castilla y León, ya que se está construyendo una en Salamanca) y una semana después volvía a dar más de 16 vueltas al anillo de 180 metros del Palacio de los Deportes de Oviedo. La falta de ningún atleta superior hizo que entre Fernando Lorenzo, Álvaro García Ribote y yo nos montáramos una buena carrera pasando a relevos cada 3 o 4 vueltas. Los pasos fueron los sigu¡entes: 2:48 por el primer kilómetro y 5:42 por el segundo. De ahí a meta busqué ganar la carrera tirando de lejos, pero Carlos que había ido más cómodo toda la carrera sin dar ningún rélevo nos dio un recital en las 3 últimas vueltas marcándose el último kilómetro en 2.45. Yo pude ser 2º ante el empuje de Ribote parando el crono en 8.31'19 que para mi es marca personal.
La lectura de la carrera es muy buena, por que llevando bastante el peso de la carrera he sido capaz de correr en mi marca personal y además en una pista de 180 metros. Las sensaciones fuerón radicalmente mejores que la semana anterior. Este fin de semana correré un 1500 buscando un poco más de chispa. Para dar por finalizada la pista cubierta el primer fin de semana de Febrero en San Sebastián buscando colocarme lo más cerca posible del 8.25.
Por cierto, cambié de calcetines y estrené los que me trajeron los Reyes. Y los resultados aquí (página 20).