Dudas en la cabeza, ganas en el corazón

Voy a recoger las lineas que hace pocas horas escribía mi amigo Aarón en su blog para comenzar esta entrada:

Es curioso el efecto ansiolítico que ejerce el atletismo sobre nosotros. Nos es indiferente que la semana en el trabajo o en la universidad haya sido un desastre, que nuestra pareja ya no nos quiera mirar para la cara o que no tengamos ni para tomar un café, da igual, todo eso da igual cuando el cosquilleo de la competición empieza a aparecer en nuestro estómago.

Esta semana ha sido complicada (la semana anterior volvía a entrar en el mundo laboral con un proyecto corto pero muy intenso), sobre todo hasta el jueves, ya que las pocas horas de sueño y el estrés me han dificultado entrenar con normalidad. Aunque me ha afectado en mi vida atlética, esta vez he sido más inteligente que en ocasiones anteriores y he levantado el pie en los entrenamientos, llegando a suprimir partes de él, ya que realizar dichas sesiones completas y con la intensidad planificada hubiera sido contraproducente. Sin embargo una vez llegados al día de hoy, ese cosquilleo que cita Aarón comienza a aparecer, por que mañana competimos en los 10 km de Canillejas.

Se trata del primer objetivo menor de la competición, y una "piedra de toque" para saber si en un mes, podré luchar en Vallecas por rebajar mi mejor marca. Hace 2 semanas, estaba seguro que en los 10 kilómetros de mañana sería capaz de bajar de los 31 minutos, ya que comparando los entrenamientos realizados este año, con los del año pasado, la conclusión era esa, una marca escasamente superior a esos 31 minutos o escasamente inferior. Sin embargo a día de hoy las dudas abundan, no se si estoy recuperado de la paliza de esta semana, y además desde hace dos semanas arrastro un catarro mal curado, que me tiene "mosca". Pero con todo ello, mañana en Madrid saldré a por todas, sin el freno de mano y con ganas de competir, sufrir y por supuesto disfrutar.